Enfermedad Arterial Periférica

En el cuerpo humano, las arterias son las encargadas de conducir o transportar la sangre, que bombeada desde el corazón, viaja a todas partes del organismo. La obstrucción progresiva que puede llegar a ser total de una de estas vías llamadas arterias, puede tener consecuencias muy graves en el territorio al cual irrigan. Como ejemplo, tenemos a las piernas, en donde, por diferentes motivos, puede obstruirse una o varias arterias, poniendo en peligro la viabilidad de las mismas.

Los factores de riesgo que se asocian más frecuentemente a este problema son:
  • Tabaquismo (fumar)
  • Diabetes Mellitus
  • Colesterol y triglicéridos elevados
  • Mayor Edad
  • Poca Actividad Física (sedentarismo)
  • Hipertensión Arterial

Cuando la enfermedad arterial periférica se presenta, generalmente será de manera progresiva, es decir, poco a poco se estará obstruyendo el interior de la arteria por el depósito de colesterol y plaquetas, y comenzarán síntomas como la "claudicación intermitente", que consiste en la necesidad de tener que detenerse siempre que se camina una distancia determinada, no pudiendo caminar distancias muy largas. Cuando la enfermedad progresa más, se presentará dolor aún en reposo y finalmente la gangrena de alguna parte del pie, como son los dedos o alguna zona de presión o punto de apoyo.

El Diagnóstico además de ser clínico (en el consultorio), revisando los pulsos arteriales de la extremidad y realizando el índice de presión tobillo-brazo, puede ser apoyado con estudios de gabinete como son el ECO Doppler Dúplex, la Arteriografía, la Angiotomografía, etc. Éstos serán solicitados por el médico según sea necesario.

El Tratamiento puede iniciar con la utilización únicamente de medicamentos y controlar los factores de riesgo arriba citados, hasta la intervención con procedimientos ya sean de mínima invasión, como la angioplastía y colocación de stents, o quirúrgicos como la realización de un bypass o derivación. Éstos tienen la finalidad de abrir la luz de la arteria para aumentar el aporte sanguíneo a la extremidad, o desviar el flujo a través de otra vía como puede ser un injerto, saltando la parte obstruida de la arteria.

Si una persona tiene antecedentes personales o familiares relacionados, o presenta los síntomas mencionados, deberá acudir oportunamente con el especialista de estas enfermedades de la circulación (angiólogo y cirujano vascular), pues será quien podrá aclarar todas sus dudas y realizar un diagnóstico veraz e informado, para posteriormente efectuar el tratamiento más apropiado.